sábado, 23 de marzo de 2013



24 de marzo

EFEMÉRIDES




Día de la 

memoria 

por la verdad 

y la justicia










A 37 años de la instauración 
del régimen genocida 
cívico-militar






Se cumple un nuevo año de la salvaje irrupción en el poder del régimen genocida de los militares que entronizó a Rafael Videla, para cumplir el plan pergeñado por los cerebros de los grandes capitalistas. Nefasto plan de entrega del país y de explotación sin miramientos del pueblo que valientemente denunció Rodolfo Walsh en el primer aniversario del golpe, en simultáneo con su caída a manos de las bandas militares fascistas del régimen. 

Nefasto plan de entrega y explotación que contó con el apoyo activo de la embajada norteamericana y con el silencio cómplice de numerosos dirigentes políticos, de la jerarquía eclesiástica, de intelectuales varios –algunos de ellos luego reciclados en demócratas- y de una buena parte de la población argentina de arraigada estirpe gorila o bien inclinada a buscar las ventajas individuales acomodándose al rumbo hacia el que sopla el viento. 

Del otro lado las víctimas, innumerables, escogidas principalmente entre una joven generación que venía intentando a través de variadas militancias cambiar el país para mejor, y entre los trabajadores que venían demostrando poca docilidad para aceptar los mandatos de miseria del capitalismo.


A  37 años del golpe cívico-militar, y 30 años de su caída y del retorno a la democracia, hemos pasado por varias etapas. Comenzamos con el Juicio a los Comandantes y el Nunca más, una gran conquista apenas enturbiada por la teoría de los dos demonios. Iniciamos luego una senda de retroceso que pasó desde la negociación frente a los alzamientos de Semana Santa hasta las leyes de obediencia debida y punto final. 

Y luego, en la última década, la retomada del camino hacia la verdad y la justicia: la abolición de las dos leyes citadas, el desarrollo de numerosos juicios –aún insuficientes- y las correspondientes condenas, la recuperación de nietos cuya identidad había sido cambiada y la extensión al plano internacional del conocimiento y el repudio a la dictadura argentina de los 70, junto a la caída del resto de los regímenes militares del cono sur americano cuya cruzada asesina habían coordinado bajo el nombre de Plan Cóndor.

Todavía queda un buen trecho de camino a recorrer: la unificación y celeridad de los juicios para acortar los tiempos de la justicia, el desarrollo de los juicios a los grandes artífices civiles de la matanza, la información sobre el destino final de los desaparecidos, la restitución de todos los nietos que aún nos faltan, etc. El hilo que une todos estos momentos, el que permitió los avances hacia la justicia está en aquellos que fueron la vanguardia indiscutida de esta lucha democrática: las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelos de Plaza de Mayo, los Hijos, los Nietos y en general los organismos de derechos humanos. Fue sobre la base de esa lucha inclaudicable que este último gobierno decidió adoptar una actitud más decidida hacia la cuestión, impulsando la derogación de las leyes, la subordinación de los mandos militares al poder civil y el desarrollo de los juicios.

La lucha de las Madres, Abuelas y el resto de los organismos, son también hacia el futuro la única garantía de que esta senda continúe. Con la misma consigna de siempre: verdad y justicia.









Docentes desaparecidos de Rosario





Como todos los trabajadores, los docentes se contaron entre las víctimas predilectas de la dictadura. No por casualidad el mismo día del golpe fue secuestrado y asesinado uno de los fundadores de CTERA, el dirigente de ATEP-Tucumán, Isauro Arancibia. La cadena del horror se diseminó por las escuelas, colegios y universidades de cada localidad del país, y Rosario no fue la excepción.   

Hoy rendimos homenaje a un puñado de esas víctimas que tuvieron en común su desempeño en la enseñanza en la ciudad de Rosario. Las fotos y las semblanzas de esos compañeros, que reproducimos a continuación, fueron subidas a la red por Claudia Abraham, dirigente de la Asociación del Magisterio de Santa Fe – Rosario. La información fue tomada en su mayor parte de la investigación realizada en el año 2006 por el equipo Memoria Maestro que trabajaba en ese entonces con la Secretaría de Derechos Humanos de Amsafe Rosario, a cargo de Marta Graf, resumida en un texto redactado por Fernando Mut y publicado originalmente en diciembre de 2009, que también se incluye en esta página.

Todos ellos merecen la eterna memoria de todos los docentes y de nuestra comunidad.




 Miguel  Ángel  Nicolau 
35 años 




Sacerdote salesiano nacido en General Pico el 14 de diciembre de 1941.

Luego de terminar sus estudios secundarios en su ciudad natal, se trasladó a Bernal, provincia de Buenos Aires, donde se ordenó como cura. Su consagración estuvo a cargo del obispo Carlos Ponce de León, asesinado durante la última dictadura.  Tiempo después, vivió en San Nicolás. Allí desarrolló sus tareas entre los pescadores de Puerto Aragón.

Su último lugar de residencia fue Rosario. Su militancia, ligada al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, se repartió entre las villas miserias, la labor pastoral entre los jóvenes y la participación gremial, ya que era profesor de Historia en el Colegio San José y afiliado a la Asociación de Docentes de Educación Privada (AEDEP). Además estudiaba la carrera de Psicología.

Fue secuestrado en enero de 1977 y permanece desaparecido.



Poema de Beatriz Villar dedicado a Miguel Ángel Nicolau:


Resucitas con la gente


Sacerdote salesiano,
nacido en General Pico,
con su historia ejemplifico
la misión de los pampeanos.

Nicolau es su apellido,
lo bautizaron Miguel,
a sus convicciones, fiel;
junto a los más oprimidos.

Sus estudios, en Bernal;
fue cura del tercer mundo,
su cristianismo profundo
expresó en la pastoral.

Contagiaba su alegría,
se entregó a la juventud;
su carisma, la virtud
que impregnaba lo que hacía.

Trabajó con pescadores
allá en el Puerto Aragón;
siempre está su corazón
junto a los trabajadores.

Él con Ponce de León,
quien lo ordenó sacerdote,
padecieron el azote
de la feroz represión.

Fue en la ciudad de Rosario,
como siempre, en madrugada;
la oscuridad desatada
contra el cura solidario.

La sangrienta dictadura
disponía de la vida;
mártir joven, su partida
se produjo en la tortura.

La iglesia oficial te ignora,
mas su historia es provisoria;
Miguel Ángel, la memoria
de tu pueblo te atesora.

Pervives, digno y eterno,
hoy, más presente que nunca.
Resucitas en la gente,
en su espíritu fraterno.

(26-4-2011)






Graciela  Lo  Tufo  Martínez
26 años



Nació el 12 de enero de 1951. Estudió en el Normal Nº2. Fue secretaria general de AEDEP (Asociación de Educadores de Enseñanza Privada), organización hermana del SINTER y miembro de la CUTE (Central Única de Enseñanza Privada). Como tal lograron la equiparación salarial con los docentes de la escuela pública y el derecho a reunión para tratar problemáticas sociales y sindicales en sus propias escuelas. La secuestraron el 14 de abril de 1977 a las 2 y 45 de la mañana de su propia casa. Tenía 26 años.


Nota escrita por Claudia Abraham tras la pintada de un mural en Amsafe con los compañeros docentes, los chicos de distintas escuelas públicas y los compañeros del Colectivo Arte Memoria.


La memoria tejida entre pinceles

“…el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria."

                                                                Leopoldo Marechal


Detrás de cada cifra hay un nombre. Detrás de cada nombre, una historia.  

Graciela Elina Lo Tufo forma parte de la larga lista de los 30.000 compañeros desaparecidos, de las 30.000 historias que el genocidio intentó borrar.

En 1984, su nombre apareció en los registros de la CONADEP con el número de legajo 2861. Según informan esos registros, fue secuestrada el 14 de abril de 1977 en la ciudad de Rosario, y no hay ningún testimonio de su paso por algún centro de detención clandestino.

En marzo de 2002, Graciela fue, junto con otros compañeros, un nombre inscripto en una placa, una forma de rendir homenaje a aquellos que lucharon por una sociedad en la que no existieran las desigualdades. En el patio del sindicato, en tiempos de cortes de rutas y cacerolazos, la militancia docente, sin distinción de ideologías ni credos, se dio cita para desafiar a los escribas del poder y decir que nuestros compañeros estaban presentes, que marchaban junto a nosotros durante esos atardeceres y noches calurosas en las que el pueblo se juntaba a debatir y a reclamar por los derechos que le habían arrancado.

Graciela volvió a aparecer allá por septiembre del 2006, cuando un grupo de compañeros que conforman el equipo Memoria Maestro, tras una larga y esforzada tarea de investigación, presentó una publicación sobre las historias de vida de los trabajadores de la educación asesinados por la dictadura. Esta vez, en medio de las palabras, asomaban los rostros fotografiados en blanco y negro. Allí estaba Graciela, desafiando al futuro con una sonrisa.

Un 20 de abril de 2011, una alumna de Graciela nos golpeó las puertas del mundo virtual y nos propuso retratarla en colores, haciendo un mural colectivo, mediante la técnica de la cuadrícula. Nos dijo que la actividad estaría dirigida por los artistas plásticos que integran el Colectivo Arte Memoria, y aceptamos el desafío.

Entre los días 5, 6 y 7 de agosto estuvimos pintando el mural.

Graciela fue apareciendo de a poco, en cada pincelada, en los símbolos que algunos dibujaron intentando representar su vida cotidiana y sus sueños. Y entre los retazos de de su vida, había mariposas, flores, la bandera argentina, la imagen del Che, la guitarra con la que entonaba canciones en el aula.

Graciela llegó sonriente, tal como la describían sus alumnas, sus compañeras de la escuela secundaria y las de militancia. Entre mates y pinceles circulaba la palabra, y así fuimos conociendo a la estudiante que ocupó durante cinco años el cuadro de honor; a la militante que participaba de las asambleas y las marchas; a la maestra que ponía pasión en aquello que hacía, y que dejó huellas profundas en esas niñas, hoy mujeres. Y después se mezclaron las fotografías y los papeles que dan testimonio de su paso por la vida, de las botellas que ella fue arrojando al mar para que otros las recogiéramos: Graciela a los 17 años con sus compañeras del Normal, el último viaje de estudios a Capilla del Monte con las chicas de la escuela Nuestra Señora de la Asunción, una libretita de primer grado en la que escribía cómo iba avanzando en su aprendizaje una de las nenas, palabras de afecto y su firma en el reverso de una foto escolar. 

Durante esos tres días el sindicato se pobló con las voces de niños, adolescentes, jóvenes y adultos, que a la manera de las hormigas nos unimos solidariamente para que su rostro nos ayude a caminar el futuro, a construir ese mundo tan colorido como el fondo de su retrato, porque así fue la sociedad sin oprimidos ni opresores por la que lucharon nuestros 30.000 compañeros.

Pintar a Graciela fue una manera de volverla a la vida, pero sobre todo fue un acto reparador para con nosotros mismos.

Su mural está en nuestro salón de asambleas, es un manto que los compañeros del Colectivo Arte Memoria nos enseñaron a tejer para cobijar a distintas generaciones.






Raquel  Boero
25 años



Nació el 2 de febrero de 1951. Estudió en el Normal Nº 1 y luego en el magisterio especializado en enseñanza diferencial. Fue maestra en la Escuela Especial Nº 2049 y era adscripta en una cátedra de la carrera de Terapista Ocupacional. Había militado en la agrupación Montoneros Sabino Navarro y luego en Poder Obrero. 

Desapareció junto a su marido el 10 de diciembre de 1976 al salir del dentista en Capital Federal donde se encontraban preparando su exilio. Tenía 25 años.




Raúl  García
29 años



Nació el 17 de diciembre de 1946. Trabajó como maestro alfabetizador en la Escuela Nº 100. Fue quien introdujo las lecturas de Paulo Freire en el SINTER y miembro de la comisión directiva de ese sindicato. También era antropólogo.

En 1969 llegó al barrio Terraplén de Pérez , donde comenzó un trabajo social profundo acompañado por otro grupo de jóvenes que más tarde se conocieron como “Aquellos amigos del alma”.

La tarea se extendió también al barrio Cabín 9 donde, entre otras metas, se propusieron emprender la tarea de alfabetizar. Así, con ayuda de los hermanos Gauseño, levantaron una casilla cerca de las vías, donde comenzaron con esta noble tarea.

Ese fue el puntapié para que en 1975 vecinos y jóvenes, con García llevando la iniciativa, abrieran las puertas de lo que es hoy la Escuela Primaria 1.209 Provincia de Chaco, de Cabín 9. Sólo contaba con tres aulas en ese momento.

Fue fusilado a quemarropa en la vía pública el 15 de diciembre de 1976.

En su homenaje, desde el 12 de diciembre de 2012, una escuela secundaria de adultos de Cabín 9 lleva su nombre.



Artículo del Diario La Capital de Rosario,  15 de diciembre de 2012 

Eligen llevar el nombre 

de un maestro víctima de la dictadura


Es la Eempa Nº 1.325 de Cabín 9 (Pérez) que ahora se denomina “Raúl Héctor García”, el joven que fundó una escuela para alfabetizar a los pobres. Hoy se cumplen 36 años de su asesinato.

El grupo de 5º año de la Eempa de Cabín 9. A esta secundaria
asisten más de 200 jóvenes y adultos del barrio.


Desde ayer, la escuela de Cabín 9 que recibe a más de 200 jóvenes y adultos que quieren terminar su secundario se llama “Raúl Héctor García”. Es en homenaje al maestro de vocación del barrio asesinado en la última dictadura militar, que además es el fundador de la primaria donde tiene sede esta  institución. Al nombre que hoy lleva la Eempa Nº 1.325 lo votaran alumnos y profesores.
En 1969, Raúl Héctor García se instaló en el barrio Terraplén de Pérez “para estar cerca de la gente”. De inmediato conformó un grupo de amigos que se volcó a trabajar también en Cabín 9. En uno y otro barrio se dedicaron a cumplir una función claramente social: desde tareas de salud, cubrir las necesidades  alimentarias y recreativas, pero sobre todo para alfabetizar a los niños y adultos de la zona. Los hermanos Juan Carlos y Miguel Angel Gauseño, que acompañaban a García en este desafío, levantaron una casilla cerca de las vías. Esa fue la primera aula donde Héctor García se volcó a alfabetizar. “Todos los que pasaban con el tren obrero podían ver la bandera argentina flamear sobre la casilla”, se cuenta en la fundamentación del pedido de imposición de nombre al Ministerio de Educación.
La escuela. Pero la meta final era tener una escuela primaria en Cabín 9. Vecinos y un grupo de jóvenes, entre ellos Raúl, que ya se identificaban como “Aquellos amigos del alma” trabajaron para que en 1975 se abrieran las puertas de esta escuela, que en ese inicio contó con tres aulas. Por su trabajo comprometido y condición de luchador, Raúl García y sus compañeros de militancia fueron perseguidos, torturados, asesinados y desaparecidos por la dictadura militar. “El maestro”, como lo conocían en el barrio a Raúl, fue asesinado en la vía pública (en Almafuerte y Avenida Alberdi) hace exactamente 36 años: el 15 de diciembre de 1976. Sin embargo, lo que el horror no pudo borrar fue el proyecto que ya se había gestado en la comunidad. De hecho hoy la escuela de Cabín 9 es la más grande la provincia, ya que alberga cuatro establecimientos, entre ellos a esta Eempa.
Hasta hace dos años este secudnario para adultos Nº 1.325 era un anexo de otro de Pérez. Cuando se independizó se propuso buscar un nombre y nadie tuvo dudas que el más apropiado era el de “Raúl  Héctor García”, en memoria de la joven víctima de la dictadura que tanto había trabajado por el barrio. “Es muy significativo porque fue quien creó la escuela. Por eso cuando se hizo la propuesta de elección  entre Paulo Freire y su nombre la gran mayoría lo votó a él”, repasa la directora de la Eempa 1325, Silvia Marcela Bernardi, y destaca la figura de compromiso del joven asesinado. Cuatro escuelas dictan clases en el mismo edificio que nació de una historia de lucha y reivindicación de derechos: la primaria 1.209, la secundaria 574, la primaria nocturna 6.574 y la Eempa 1.325.
Historia. Es la directora Bernardi la que aporta datos para poder compartir la historia de este joven. Información que recuperaron a través del barrio, de una investigación realizada por Amsafé Rosario en una edición especial publicada para el 24 de marzo del año pasado, además de otras fuentes que sumaron para reconstruir su vida. Todo eso lo llevaron a la fundamentación presentada ante al Ministerio de Educación de Santa Fe que el 23 de octubre pasado autorizó la imposición de la denominación propuesta.
Evocación. Para solicitar esta aprobación la Eempa escribió entre otras líneas en la fundamentación elevada a las autoridades: “Creemos que un nombre tiene que ver con una marca, con la posibilidad de evocar recuerdos y con ellos asistir a un proyectoque una a la comunidad educativa de manera determinante. Un nombre tiene que ver con un vínculo entre educadores y educandos (...) La escuela debe estar abierta al cambio, pero debe recordar cuáles son sus orígenes.
Desarrollarse y adecuarse a las nuevas realidades de los alumnos y de la sociedad pero no perder el rumbo (...) En este ámbito, Raúl Héctor García es un nombre fuerte”. “Su recuerdo es parte de la vida de la institución y de todos los memoriosos. Decir su nombre es valorar la educación para adultos. Su nombre es parte del lugar donde todos los días alumnos, profesores, ex alumnos, directivos nos encontramos para debatir por qué es importante educar, luchar y creer que todo es posible”. Así cierra la Eempa Nº 1.325 el texto que elevaron al Ministerio provincial, solicitando llamarse “Raúl Héctor García”.
El nombre de un maestro
“Raúl Héctor García” así se llama desde ayer la Eempa Nº 1.325 de Cabín 9 (Pérez). El nombre fue asignado en un acto formal realizado anoche en la sede de la escuela de Hudson y Perito Moreno, junto al de colación de grado de los egresados 2012 de este secundario. Raúl García fue quien impulsó la creación de una escuela en el barrio. El joven maestro fue asesinado hace 36 años por la dictadura cívico militar que se instaló en la Argentina en marzo de 1976.



Nora  Larrosa
26 años



Nació el 5 de septiembre de 1950. Había estudiado en el Colegio Americano y en el Normal Nº1. Fue maestra en la Escuela Vigil y en la escuela de “Las Consolatas”. También era profesora de Inglés y en 1974 se había recibido de psicóloga. Militaba en la organización Montoneros.

Fue secuestrada el día del asesinato de Raúl García durante la misma emboscada en un bar del barrio de Arroyito. Su cadáver apareció dos días después en Ibarlucea.



Nota escrita por Elena  Rigatuso el 25 de marzo de 2010, fecha en la que se colocó en la escuela Vigil una placa en homenaje.


Vivir con Gloria


Desde hace un tiempo los compañeros venían pensándolo. Los que sabían que Nora había sido maestra de la escuela lo fueron charlando con los demás. Para llegar a esta decisión, no importó que la mayoría no la haya conocido personalmente. Eso no les restó ni compromiso ni ganas, y desde hoy, en el hall de entrada de la Escuela N°1235 “Constancio C.Vigil”, hay una placa.

Dice así: “Porque sabemos la verdad y tenemos memoria, exigimos justicia.

5 de septiembre de 1950 nacimiento de Nora Larrosa maestra de nuestra escuela asesinada el 19 de diciembre de 1976 por un grupo de tareas en la última dictadura militar.”

Hicieron un hermoso acto , lleno de emoción, de respeto, de música hecha por jóvenes y niños, para celebrar, como dijeron, la alegría por la que pelearon Nora y los 30.000.

Estuvieron los alumnos de la escuela, todos los docentes y no docentes, compañeros que habían trabajado antes, padres, autoridades y los familiares, la mamá , la tía , amigos de Nora, y también estuvimos nosotros, orgullosos de ser parte de esta legión inmensa de docentes que junto al pueblo alza su tiza y su voz cotidianamente para construir un ¡Nunca más! cargado de futuro.

La Escuela N°1235, Constancia C.Vigil, de emblemática historia de compromiso con la educación popular, hoy hizo un nuevo y valioso aporte más en este gesto.

Nora fue de las que vivió con la gloria de apostar a un mundo mejor, y la honramos.

Desde AMSAFE-Rosario, saludamos y apoyamos iniciativas como ésta. Como ayer en la marcha por el Día de la Memoria, como en cada Acto de estos días en las escuelas, decimos y dijimos: ¡Presente!¡Hasta la victoria siempre!





Ana  María  Gutiérrez 
24 años



Nació el 14 de agosto de 1952. Trabajó como maestra en el barrio Casiano Casas. Fue secretaria general del Centro de Estudiantes de Odontología de la Universidad Nacional de Rosario, al que accedió como candidata de la Juventud Universitaria Peronista. 

Fue asesinada en un enfrentamiento fraguado el 26 de octubre de 1977.



Testimonio de Alicia  Gutiérrez, su hermana. 

 Nació el 14 de agosto de 1952. Fue Maestra en el barrio Casiano Casas y estudiante de odontología. Inicia su militancia política en el año 1973 en la JUP Montoneros del Centro de Estudiantes de Odontología de Rosario, como Secretaria General y, termina de cursar dicha carrera, no pudiendo rendir sus últimas materias por causa de la persecución a los militantes políticos por parte de la triple A que la amenazaron de muerte. El 20 de junio de 1976 fue secuestrado y desaparecido su compañero Eduardo Pérez, lo que significó un duro golpe para Ana y también para nosotros, su familia. Ana María era muy firme en sus convicciones y confiaba en la fuerza de la lucha para terminar con la injusticia social en la que estaba sumida la Argentina. 

Amaba tanto su profesión de maestra como de odontóloga y trabajaba con mucho cariño con los niños del barrio Casiano Casas. Hasta allí llegaron las fuerzas represoras a buscarla. A los siete meses del golpe militar, el 26 de octubre, fue secuestrada mientras caminaba por la calle. Luego, un comunicado de las Fuerzas Armadas dio cuenta de un supuesto enfrentamiento en el que habría sido asesinada. Se encontró el cuerpo en “La Mandarina” (plazoleta en Avenida del Rosario y Lituania, del barrio Saladillo – monumento a Evita, llamado popularmente de ese modo. Su familia y algunos de sus compañeros la recordamos tal cual era, firme, alegre y con muchas ganas de vivir.

A 30 años seguimos reclamando Verdad, Justicia y Condena para sus asesinos, para Feced y su patota.





Luis  Lescano
42 años



Nació el 21 de junio de 1933. Estudió en el Normal Nº 3. Trabajó como maestro de adultos en diversas escuelas nocturnas. Durante años tuvo una activa participación en el movimiento sindical y actuó como abogado defensor de presos políticos. Durante el gobierno de Cámpora  fue designado Delegado en Santa Fe de la Dirección Nacional de Educación del Adulto. 

Fue secuestrado por la Triple A junto a su colega Felipe Rodríguez Araya y asesinado en un descampado de Ricardone, a 32 km. de Rosario en la madrugada del 30 de septiembre de 1975. Su cuerpo tenía más de 40 impactos de bala. 


Artículo publicado el 2 de septiembre de 2010 
por la creadora del sitio guardapolvosblancos.blogspot.com.ar


Apostolado


Me había recibido hacía unos años y tenía un empleo estable con un excelente sueldo, pero preferí ejercer la docencia, era mi vocación. En mil novecientos sesenta y siete hice mi primer reemplazo en la Escuela 114, que estaba ubicada en calle Ayolas bajando hacia el río.

Era invierno, los chicos, que provenían de los ranchitos asentados en las barrancas, en “la basurita” tiritaban en el patio bajo sus ropitas raídas. En esa época tenía la certeza de que algún día todos tendrían abrigo suficiente para soportar el frío.

También vi tiritar esos cuerpitos en el patio de la “matachanchos” de la calle Garibaldi. A la escuela Nº 61 la llamaban de ese modo porque se decía que allí había funcionado una especie de saladero o frigorífico.

Debía ser cierto. Los salones eran inmensos y estaban impregnados por el salitre. En el patio había unos piletones enormes. La única protección era una angosta galería.

Cuando me solicitaban un “informe socio-económico-cultural” me explayaba, precisaba detalles. Era cortante, incisiva. "Alguien los leerá", pensaba.

La docencia es “un apostolado”, nos habían inculcado. No estábamos agremiados. Debíamos esperar meses, hasta un año para cobrar un reemplazo. Nos reuníamos en la Casa del Maestro.

En 1969 la palabra del maestro Lescano fue decisiva para lograr el apoyo al paro decretado por la C. G. T. ante los acontecimientos que se vivían. Después muchos firmaron la asistencia al día siguiente, presionados por la Jefatura de Supervisión. Quienes nos mantuvimos en nuestra postura fuimos sumariados. En medio de esas luchas surgió el gremio.

La primavera que comenzó el 25 de mayo de 1973 me encontró en una escuela de un edificio tan ruinoso como el de la primaria a la que yo había concurrido. Recién entonces se nos permitió a las maestras concurrir con pantalones. Yo lo llevé debajo de mi blanco guardapolvo y me abrigué con un poncho rojo. Llegó la “copa de leche”. Los alumnos, provenientes de asentamientos precarios la recibieron con júbilo.

El maestro Luís Eduardo Lescano,”Coco”, fue asesinado una noche de agosto de 1975.





María  Susana  Brocca 
19 años



Nació el 18 de septiembre de 1957. Estudió en la Escuela Primaria Nº 98 y en el Normal Nº 2. Trabajó como maestra en la Escuela Nº 96. Había sido militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). 

El 24 de julio de 1977, su cadáver apareció junto al de su novio, en un zanjón en la localidad de Alvear. Fue vista en la Jefatura de Policía de Rosario. Tenía 19 años.



Semblanza publicada en el sitio robertobaschetti.com


 “Clarens”. Nació el 18 de septiembre de 1957 en Rosario. Estudió en la Escuela Primaria Nº 98 y en el Normal Nº 2, militando en la UES. Trabajó como maestra de grado en la Escuela Nº 96 del Barrio Ludueña y en la Escuela Nº 47 “Provincia de Entre Ríos” del Barrio Fisherton (calle Córdoba al 1700). Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario. Secuestrada-desaparecida por la última dictadura militar el 15 de julio de 1977. Estaba embarazada. Vista en la Jefatura de Policía de Rosario en malas condiciones físicas luego de la tortura. Según comunicado oficial trucho, muere en un enfrentamiento “con las fuerzas legales” junto a su pareja (Enzo Zunino), en un zanjón de la localidad de Alvear, el 25 de julio del mismo año. 




María  Ester  Mignini 
32 años



Era profesora de filosofía. Trabajó en el Normal Nº 1. 

En la noche del 28 de octubre de 1975, varios individuos armados irrumpieron en su casa. Se la llevaron y también le robaron alhajas y dinero. Al día siguiente, su cadáver fue encontrado por un albañil junto al de otra joven en un edifico en construcción del Barrio Rucci. Habían sido acribilladas a balazos. Miembros de la Alianza Anticomunista de Rosario se adjudicaron el crimen. Tenía 32 años


 Informe publicado en enmarcha.wordpress.com

María Esther Edelmira Mignini era profesora de filosofía. Trabajó en el Normal Nº1 y en algunos colegios privados religiosos. Enseñó filosofía, ética, lógica y psicología. Tenía 32 años y estaba a punto de casarse.
En base a algunos testimonios obtenidos por este Equipo de Investigación, María Esther no tenía militancia en ninguna organización política, ni tampoco sindical. Durante algún tiempo se creyó que a María Esther Mignini la habían matado por haberla confundido con otra persona. Esta versión parece haber sido difundida por los mismos asesinos. Sin embargo, su excelente relación con los alumnos y ciertos comentarios sobre la realidad social que se vivía en la ciudad, en donde la patota de Feced ya había comenzado a actuar, podrían haber sido el motivo de una delación por parte del personal directivo de una de las escuelas en las que trabajaba.
En la noche del 28 de octubre de 1975, varios individuos armados irrumpieron en la casa donde vivía en Pellegrini al 3600. Se la llevaron por la fuerza y también le robaron alhajas y dinero. Al día siguiente, su cadáver fue encontrado por un albañil, junto al de otra joven mujer, en un edificio en construcción del Barrio Rucci. Habían sido acribilladas a balazos. Miembros de la Alianza Anticomunista de Rosario se adjudicaron el crimen.
El SINTER, la AEDEP y la FUSTE declararon Día de Duelo Docente y se realizó un minuto de silencio en todas las escuelas y facultades de la provincia.
La crónica del diario “La Capital” relata ese mismo día otro “confuso episodio”: siete hombres armados “con metralletas y pistolas en su cintura” irrumpieron violentamente en otra casa y al no encontrar a nadie robaron una carpeta, alhajas y dinero. Era la casa de Elvira Márquez .
Creemos que el asesinato de Mignini no fue producto de una confusión, sino que fue parte de la escalada de violencia y persecusión ejecutada por las Tres A contra la docencia rosarina y las mujeres militantes, en septiembre y octubre de 1975.





Gladys  Pamies
37 años



Nació el 23 de octubre de 1939. Era maestra de la Escuela Vigil y arquitecta. 

El 25 de agosto a la siete de la mañana fuerzas policiales la secuestran cuando iba rumbo al trabajo junto a sus dos hijos. El grupo de tarea se la lleva, dejando a sus hijos solos en la calle




Osvaldo  Seggiaro
31 años 



Nació el 26 de junio de 1945. Era ingeniero civil, profesor universitario y educador popular en villas de emergencia de la ciudad. Participó de las actividades del SINTER. Militó en el Peronismo de Base. Se había casado y tenía una hija. A fines de 1976 se trasladó a la ciudad de Santa Fe, donde pensó que podía encontrar mejores condiciones de vida y mayor seguridad para su familia. 

Allí fue secuestrado el 19 de enero de 1977. Tenía 31 años.



Nota publicada en el 28 de abril de 1999

GALTIERI OTRA VEZ ANTE LA JUSTICIA FEDERAL

Todo el derecho a la verdad

La familia de Osvaldo Seggiaron quiere saber el destino final del joven secuestrado por un grupo de tareas el 19 de enero de 1977.

Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

El ex jefe del II Cuerpo de Ejército, Leopoldo Fortunato Galtieri, deberá comparecer ante la Justicia Federal en otra causa que se abrió el viernes último para investigar el destino de Osvaldo Seggiaro, un ingeniero civil rosarino de 31 años que desapareció en Santa Fe el 19 de enero de 1977. Seggiaro fue secuestrado por un grupo de tareas a plena luz del día, frente a varios testigos en Entre Ríos al 3000, no muy lejos de una obra en construcción en la que trabajaba. Veintidos años después su familia apeló a la única vía que tiene abierta: el "derecho humanitario a la verdad", para "conocer cuál ha sido su destino final, identificar sus restos y darle sepultura". Si bien el juicio recién comienza, más temprano que tarde obligará a sentar nuevamente en un banquillo a Galtieri y al ex jefe del Area 212, coronel Juan Orlando Rolón, entre otros. El caso fue presentado por la abogada Matilde Bruera ante la fiscal Griselda Tessio.

Seggiaro hacía dos meses que estaba en Santa Fe cuando lo secuestró una patota de la dictadura. Venía de Salta. Junto a su esposa, María Angélica Martín, se alojó en una pensión y trabajaba en tres obras para la empresa Cornero Hermanos que por entonces tenía su oficina en calle Sargento Cabral 2034 del barrio Candioti. "Normalmente salía a las 6 y regresaba a las 13 para almorzar", relata el escrito que presentó su padre, don Angel Seggiaro, con el patrocinio de la doctora Bruera.

El 19 de enero de 1977 no llegó a la hora del almuerzo. Su esposa esperó porque ese día tenía que firmar el contrato de la casa que habían alquilado. "Recién a las 14.30, ya preocupada, comenzó a comunicarse con hospitales y comisarías por si había sufrido un accidente y posteriormente se dirigió a la empresa Cornero", donde el día anterior habían secuestrado a otra empleada, Cristina Castelví, que fue liberada horas después. "Cuando los demás trabajadores se enteraron de lo ocurrido comenzaron a culparlo a Cornero", señala el testimonio.

El dueño de la empresa "le dijo a mi nuera que si mi hijo no tenía ninguna actividad política aparecería al día siguiente. Le preguntó si tenía algún pariente militar. Mi nuera le dijo que no, pero respondió que su tío Miguel Martín era capellán del Ejército en Salta. Cornero le ofreció entonces pagarle el pasaje para que le pidiera ayuda", contó don Angel. "A la esposa de mi hijo le resultó raro el ofrecimiento, porque Osvaldo había desaparecido en Santa Fe".

Sin respuestas del empresario, la mujer se dirigió a la obra en construcción. Habló con los obreros y luego fue a la Jefatura de Policía. Al otro día golpeó las puertas del entonces arzobispo de Santa Fe, monseñor Vicente Zazpe, pero tampoco encontró eco, "sólo promesas de búsqueda". La esposa de Seggiaro "hizo la denuncia en la comisaría 3ª y presentó un hábeas corpus ante el juez federal Fernando Mántaras. Según relató mi nuera, el propio juez le dijo que la situación era peligrosa y que tratara de irse de la ciudad", explicó don Angel. "A partir de ese momento, se instaló en Rosario, en nuestra casa y comenzamos un infructuosa búsqueda que aún no ha terminado".

Unos días después se publicó en un pedido de paradero de Seggiaro. Su padre recibió una llamada. "Una persona se comunicó con nosotros y nos dijo que en calle Entre Ríos al 3000 todo el vecindario presenció el secuestro de mi hijo. Cuando lo llevaron, él gritaba: `avisen a la empresa Cornero'. Concurrimos al domicilio indicado con una foto de Osvaldo y todo el vecindario corroboró que el secuestrado era mi hijo", agregó.
Don Angel Seggiaro relató después su odisea en la búsqueda. Fue -con su esposa- a la obra en contrucción, pero los obreros y empleados tenían miedo de hablar. Estuvo en la Jefatura, "donde no obtuvimos ninguna respuesta. Hablamos con Cristina Castelví, la chica que había sido secuestrada el día anterior; nos contó que la interrogaron pero que en ningún momento le preguntaron por Osvaldo". "Tratamos de hablar con (el ex jefe del Area 212, coronel) Rolón, pero nunca nos recibió".

"Nos dirigimos a la Guardia de Infantería Reforzada, cuyo jefe era un tal Quaglia y a quien el abogado de la empresa Cornero, el doctor Retamar conocía por razones profesionales. Fuimos atendidos por una persona que no sabemos su nombre, pero que nos dijo que en el libro de guardia, se había registrado el ingreso de mi hijo, el día de su desaparición, a las 11 de la mañana. El jefe, Quaglia, nos recomendó entonces que recurramos al Ejército, porque debía estar en alguna de 'las casas' o 'seguramente lo han fondeado' (sic)", agregó Seggiaro.

"También nos enteramos que los secuestradores de mi hijo eran los mismos que detuvieron a Cristina Castelví. El tío de mi nuera, que era capellán militar en Salta, Miguel Martín -ya fallecido- nos informó que Osvaldo estuvo a disposición del Segundo Cuerpo de Ejército. El 8 de marzo de 1977, nos llamó una persona que dijo ser de nuestra amistad para contarnos que nuestro hijo estaba vivo en Santa Fe, que era lo único que podía decir. Cortó. Pero luego volvió a llamar para saber si habíamos entendido el mensaje".

Los Seggiaro se entrevistaron dos veces con Galtieri. En una de ellas le contaron que habían recibido ese llamado anónimo. "¿Qué diría usted, general, si lo llaman por teléfono para decirle que su hijo está vivo y se encuentra detenido en Santa Fe?", fue la pregunta que planteó don Angel. "Galtieri se irritó muchísimo y me dijo que me habían mentido. Y agregó: 'yo que los protejo como gallina a los pollitos, igualmente los mato'.
A partir de ese momento, nunca más supimos nada".





Elvira  Márquez  Dreyer 
27 años



Nació el 5 de mayo de 1949. Fue bibliotecaria de la Escuela Nº 100 de Pueblo Nuevo y de la Biblioteca Vigil. Había estudiado bibliotecología en el Instituto Superior de Educación Técnica “20 de junio” y la carrera de Estadística en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR. Trabajaba en la línea sindical del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y fue miembro de la comisión directiva del SINTER. 

En septiembre de 1975 logró escapar de un intento de secuestro, ya que se encontraba haciendo un curso en Buenos Aires. Desapareció el 3 de agosto de 1976. Tenía 27 años.





“ … tus átomos amorosos, que dieron la vida por amor,
ya verás, serán luz,
me imagino tus partículas en la vastedad del cosmos como pancartas
como afiches vivos.
No sé si me explico.
Lo que sé es que nunca se olvidará tu nombre
y para siempre se gritará: ¡Presente!”


Ernesto Cardenal

(enmarcha.wordpress.com)








¿Quiénes fueron los docentes rosarinos 
víctimas de la represión?


Por  Fernando  Mut


Memoria Maestr@: un aporte desde nuestro sindicato para la verdad y la justicia



En septiembre del 2006, a treinta años del golpe de Estado, la Secretaría de Derechos Humanos de AMSAFE Rosario presentó la publicación “Maestr@ Pueblo. Historias de vida de l@s trabajador@s de la educación de Rosario asesinad@s-desaparecid@s por el Terrorismo de Estado, entre 1975 y 1978 (Documentos-Testimonios)”. Desde entonces un grupo de compañer@s continúa trabajando en el Archivo "Memoria Maestr@" recuperando documentos y realizando entrevistas para escribir la historia de nuestras luchas sindicales, políticas y pedagógicas. 

Actualmente el archivo está formado por 12 carpetas sobre las víctimas fatales del Terrorismo de Estado, correspondientes a cada uno de los educadores sobre los cuales hemos podido conseguir información. Además, existe una carpeta sobre la experiencia del Sindicato de los Trabajadores de la Educación de Rosario (SINTER) que funcionó desde 1971 hasta los primeros años de la dictadura. En estas carpetas se encuentran testimonios escritos, fotografías, material de los periódicos locales, documentación personal y transcripciones de entrevistas. También se resguardan copias digitales de todo el material incluyendo las grabaciones realizadas. 

El archivo “Memoria Maestr@”, ubicado en la Biblioteca "Rosa Ziperovich" de AMSAFE Rosario, es un recurso abierto a la comunidad para ser utilizado por investigadores sociales con cualquier finalidad académica, educativa, periodística y/o cultural.

                 
Maestr@s Pueblo. Historias de vida de los trabajadores de la educación de Rosario asesinados-desaparecidos, entre 1975 y 1977.
           

En el campo educativo de nuestra ciudad la represión comenzó en 1975 con los asesinatos de la Triple A, la bomba a la “Casa del Maestro” y las resoluciones sobre cesantías en distintos niveles de la enseñanza. Los principales dirigentes del SINTER habían sido amenazados de muerte. Así lo recuerda una de sus protagonistas:

“Cuando dicen el golpe del 24 de marzo…ya antes un grupo de compañeros que estábamos en la comisión directiva habíamos sido amenazados por la Triple A con la orden de que teníamos que dejar el país o… Yo me acuerdo cuando fuimos a la Seccional primera, hicimos la denuncia. Y después, lo que me acuerdo… es una cosa muy emotiva lo que me pasa cuando recuerdo…la plaza San Martín… porque allí estaba el gobernador cuando venía (…) ¡La Plaza San Martín era un manto blanco! Pero era tan hermoso ver esa plaza así, y estábamos los amenazados y nos hicieron pasar solamente a los amenazados. Todos los maestros esperaron afuera, en la plaza, que no nos fueran a tocar, y hablamos con el gobernador, Sylvestre Begnis, le expusimos nuestros casos,  resultado de lo cual cuando yo particularmente le pido que tenga en cuenta que tengo una hija muy chica, que yo estoy pidiendo la seguridad para ella (…) el gobernador me dijo: ‘Discúlpeme señora, pero en la casa de gobierno de Santa Fe, el portero tiene un hijo- no sé si dijo desaparecido o a disposición del PEN, como se decía en ese momento-  y no puedo hacer nada por él. Lo único que puedo hacer es autorizarlos a que lleven un arma.’ ‘No’, le respondimos. ‘Nosotros no somos personas de llevar armas’. Nos gestionaba el permiso. Volvimos a la plaza sin haber logrado nada”.  (1)

Como señala Fabiana Alonso, quien ha estudiado diversos aspectos de la historia del sistema educativo santafesino durante la última dictadura, luego del golpe se acentuó la represión y los docentes continuaron siendo uno de los blancos predilectos de sus ataques.

“El gobierno provincial ratificó la ley nacional Nº 21261, por la cual la junta militar suspendió el derecho de huelga, paro, interrupción o disminución del trabajo y la ley nacional Nº 21278, que suspendía la vigencia del Estatuto del Docente de 1958. Esta ley determinaba que toda gestión gremial debía hacerse, únicamente, en defensa de los derechos individuales. En Santa Fe, a poco de asumir el gobernador Desimoni y el ministro Pérez Cobo, el decreto Nº 1393 del 13 de junio de 1976 estableció que las licencias gremiales serían sin goce de haberes. En virtud de la ley provincial Nº 7854 del 29 de marzo de 1976, que autorizaba la cesantía de agentes públicos, fueron declarados cesantes docentes de todos los niveles del sistema educativo provincial a través de decretos del Poder Ejecutivo.

Las medidas señaladas tuvieron como efectos principales la neutralización de la acción sindical en el campo educativo. En este sentido, se visualiza la interrupción del proceso de sindicalización iniciado hacia fines de los años 60.” (2)

El Terrorismo de Estado en la ciudad de Rosario está vinculado a los nombres de Galtieri, Díaz Bessone y Feced. Este último fue un gendarme que actuó en la represión del segundo Rosariazo y lideró un “grupo de tareas” en nuestra región durante el gobierno de Isabel Perón.

"En el mes de marzo la titularidad del II Cuerpo de Ejército con sede en Rosario fue asumida por el teniente general Genaro Díaz Bessone. Pero en octubre de 1976, y luego de su nombramiento al frente del Ministerio de Planeamiento, el comando militar pasó a manos del teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri, hasta que en 1979 los cambios superiores en el arma lo condujeron a destinos más elevados. Por su parte, a los pocos días de iniciado el mes de marzo fue designado el comandante de gendarmería Agustín Feced como delegado interventor de la Unidad Regional II de la Policía.”. (3)

Durante la dictadura, funcionaron en Rosario y su zona de influencia una decena de centros clandestinos de detención entre los que se destacaron el subsuelo de la Jefatura de Policía, la Fábrica de Armas "Domingo Matheu", la Fábrica de Armas de Fray Luis Beltrán, el Comando del Segundo Cuerpo del Ejército, La Calamita, la Quinta de Funes y una escuela, la Técnica Magnasco.

Para iniciar nuestro abordaje al tema de la represión sobre la docencia rosarina se optó por el siguiente criterio: investigar las historias de vida de aquellos educadores que hubieran sido víctimas del Terrorismo de Estado y que hubieran tenido actividad docente, política y/o sindical en la ciudad de Rosario, sin tomar en cuenta el lugar de nacimiento o el lugar de su secuestro o asesinato. En cuanto al recorte temporal se tomó el lapso 75/77 ya que fue en este período en el cual se dieron los 12 casos que pudimos reconstruir y que aquí reseñamos brevemente:

Raquel Boero

Nació el 2 de febrero de 1951. Estudió en el Normal Nº1 y luego en el magisterio especializado en enseñanza diferencial. Fue maestra en la Escuela Especial Nº 2049 y era adscripta en una cátedra de la carrera de Terapista Ocupacional. Había militado en la agrupación Montoneros Sabino Navarro y luego en Poder Obrero.  Desapareció junto a su marido el 10 de diciembre de 1976 al salir del dentista en Capital Federal donde se encontraban preparando su exilio. Tenía 25 años.

María Susana Brocca

Nació el 18 de septiembre de 1957. Estudió en la Escuela Primaria Nº 98 y en el Normal Nº2. Trabajó como maestra en la Escuela Nº 96. Había sido militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). El 24 de julio de 1977, su cadáver aparece junto al de su novio, en un zanjón en la localidad de Alvear. Fue  vista en la Jefatura de Policía de Rosario. Tenía 19 años.  

Raúl García

Nació el 17 de diciembre de 1946. Trabajó como maestro alfabetizador en la Escuela Nº 100. Fue quien introdujo las lecturas de Paulo Freire en el SINTER y miembro de la comisión directiva de ese sindicato. Era antropólogo. Vivía en Pérez y fundó la Escuela de Cabín 9, hoy una de las más grandes de la provincia de Santa Fe. Fue fusilado a quemarropa en la vía pública. Tenía  29 años y una pequeña hija.

Ana María Gutiérrez

Nació el 14 de agosto de 1952. Trabajó como maestra en el barrio Casiano Casas. Fue secretaria general del Centro de Estudiantes de Odontología de la Universidad de Rosario, al que accedió como candidata de la Juventud Universitaria Peronista. Fue asesinada en un enfrentamiento fraguado el 26 de octubre de 1977. Tenía 24 años. 

Nora Larrosa

Nació el 5 de septiembre de 1950. Había estudiado en el Colegio Americano y en el Normal Nº1. Fue maestra en la Escuela Vigil y en la escuela de “Las Consolatas”. También era profesora de Inglés y en 1974 se había recibido de psicóloga. Fue secuestrada el día del asesinato de Raúl García durante la misma emboscada en un bar del barrio de Arroyito. Su cadáver apareció dos días después en Ibarlucea. (4) La crónica policial habla nuevamente de un enfrentamiento. Tenía 26 años.

Luis Lescano

Nació el 21 de junio de 1933. Estudió en el Normal Nº3. Trabajó como maestro de adultos en diversas escuelas nocturnas. Durante años tuvo una activa participación en el movimiento sindical y actuó como abogado defensor de presos políticos. Durante el gobierno de Cámpora fue designado Delegado en Santa Fe de la Dirección Nacional de Educación del Adulto. Fue asesinado por la triple A en octubre de 1975.

Graciela Lo Tufo Martínez

Nació el 12 de enero de 1951. Estudió en el Normal Nº2. Fue secretaria general de AEDEP (Asociación de Educadores de Enseñanza Privada), organización hermana del SINTER y  miembro de la CUTE (Central Única de Enseñanza Privada). Como tal lograron la equiparación salarial con los docentes de la escuela pública y el derecho a reunión para tratar problemáticas sociales y sindicales en sus propias escuelas. La secuestraron el 14 de abril de 1977 a las 2 y 45 de la mañana de su propia casa. Tenía 26 años.

Elvira Márquez Dreyer

Nació el 5 de mayo de 1949. Fue bibliotecaria de la Escuela Nº 100 y de la Biblioteca Vigil. Había estudiado bibliotecología en el Instituto Superior de Educación Técnica “20 de junio” y la carrera de Estadística en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR. Trabajaba en la línea sindical del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y fue miembro de la comisión directiva del SINTER. En septiembre de 1975 logra escapar de un intento de secuestro, ya que se encontraba haciendo un curso en Buenos Aires. Desaparece el 3 de agosto de 1976. Tenía 27 años.

María Esther Mignini

Era profesora de filosofía. Trabajó en el Normal Nº 1. En la noche del 28 de octubre de 1975, varios individuos armados irrumpieron en su casa. Se la llevaron y también le robaron alhajas y dinero. Al día siguiente, su cadáver fue encontrado por un albañil junto al de otra joven en un edifico en construcción del Barrio Rucci. Habían sido acribilladas a balazos. Miembros de la Alianza Anticomunista de Rosario se adjudicaron el crimen. Tenía 32 años.

Miguel Angel Nicolau

Era sacerdote. Había nacido en San Nicolás. Trabajaba como docente en el colegio San José de la congregación salesiana en Rosario. Participaba de las asambleas de AEDEP y del SINTER. Fue estudiante de la carrera de psicología en la Universidad Nacional de Rosario. Su desaparición data del primero de enero de 1976. Según algunos testimonios murió a consecuencia de las torturas recibidas en un Centro Clandestino de Detención. Tenía 36 años.

Gladys Pamies

Nació el 23 de octubre de 1939. Era maestra de la Escuela Vigil y arquitecta. El 25 de agosto a la siete de la mañana fuerzas policiales la secuestran cuando iba rumbo al trabajo junto a sus dos hijos. El grupo de tarea se la lleva, dejando a sus hijos solos en la calle. Tenía 37 años.

Osvaldo Seggiaro

Nació el 26 de junio de 1945. Era ingeniero civil, profesor universitario y educador popular en villas de emergencia de la ciudad. Participó de las actividades del SINTER. Militó en el Peronismo de Base. Se había casado y tenía una hija. A fines de 1976 se trasladó a la ciudad de Santa Fe, donde pensó que podía encontrar mejores condiciones de vida y mayor seguridad para su familia. Allí fue secuestrado el 19 de enero de 1977. Tenía  31 años.


En cuanto al análisis cuantitativo de los datos se puede señalar que de un total de 12 educadores de Rosario que pudimos registrar como víctimas del Terrorismo de Estado, 8 habían sido maestros. Siete eran menores de 30 años y el mayor de todos ellos tenía 42 años. Al menos 8 habían participado de la actividad sindical, siendo 4 de ellos reconocidos dirigentes (García, Lescano, Lo Tufo y Márquez). En cuanto a su militancia política, al menos la mitad estuvo vinculada a algún sector del peronismo. De los 12 casos estudiados, 2 de los asesinatos fueron reconocidos por la “Triple A”, 4 figuraban en las crónicas policiales como “caídos en enfrentamientos” (de los cuales, al menos 3 se suponen fraguados ya que según los testimonios recogidos fueron vistos con vida cuando eran secuestrados) (5) y el resto continúan hasta el día de hoy como desaparecidos.

Por otra parte, los datos nos permiten observar que al menos 10 de ellos habían estudiado en la universidad y de esos diez al menos 7 ya estaban recibidos y se desempeñaban simultáneamente en la docencia y en su otra profesión ofreciendo sus conocimientos al servicio de los necesitados. (Dos ejemplos: Lescano había sido un importante abogado defensor de presos políticos y Seggiaro había participado como ingeniero civil en un proyecto para llevar agua potable a las comunidades indígenas en Tartagal).

“¿Maestro pueblo o maestro gendarme?” fue un libro escrito por María Teresa Nidelcoff, publicado por la Editorial de la Biblioteca Vigil en el año 1974, cuya lectura era difundida desde el mismo sindicato. De algún modo, este “Maestr@ Pueblo” con el que titulamos aquella primera publicación del 2006 permitía abarcar a todos los docentes que habían participado de las luchas populares, más allá de otras posibles identificaciones partidarias o sindicales.

Al haber comenzado el juicio oral contra los represores de la última dictadura en los tribunales federales de nuestra ciudad, consideramos pertinente volver a publicar las historias de vida de nuestr@s compañer@s. Es muy posible que algunos de ellos hayan sido secuestrados, torturados o asesinados por los mismos criminales que hoy están sentados en el banquillo de los acusados imputados por delitos de lesa humanidad en las causas conocidas como Quinta de Funes y Fábrica de Armas.




(1) Susana, en reunión de “los Sinter”, Archivo Memoria Maestr@, marzo de 2006.

(2) ALONSO, Fabiana; El combate contra el enemigo interno en la educación pública santafesina durante la última dictadura militar (1976-1983), ponencia presentada en las X Jornadas Interescuelas, Rosario, 2005.

(3) ÁGUILA, Gabriela; El terrorismo de estado sobre Rosario (1976-1983), en Rosario en la historia (de 1930 a nuestros días) Tomo 2. UNR Editora, Rosario, 2000.

(4) El diario “La Capital” informó el 19 de diciembre de 1976 que como producto de “un intento de copamiento en la subcomisaría 17” en cercanías de Ibarlucea, resultaron muertos una mujer y cinco varones. Nora Elma Larrosa, Rodolfo Raúl Segarra, Horacio Humberto Melelli, Alberto Azam, Segundo Núñez y Oscar Maximiliano Aguirre, eran los nombres de las víctimas. Sin embargo, el padre de uno de los muchachos, Mario Segarra, hizo una presentación judicial que puso blanco sobre negro. “El enfrentamiento no existió y las personas muertas fueron previamente secuestradas, luego asesinadas y posteriormente transportadas al lugar del supuesto enfrentamiento, o bien, luego del secuestro, trasladadas al lugar de Ibarlucea y ahí asesinadas”, sostiene el escrito. En: DEL FRADE, Carlos; El Rosario de Galtieri y Feced; Cap. 2; Ciudad Gótica, Rosario, 2000 (http://www.nuncamas.org/investig/frade76/frade76_00.htm)

(5)  “Sólo lentamente y con el correr de los meses, la prensa local comenzó a reseñar la acción de las fuerzas de seguridad. La información del hecho se realizaba, en general, a través de la transcripción textual de los comunicados del II Cuerpo de Ejército, donde se detallaban allanamientos de domicilios y "enfrentamientos" armados producidos entre "subversivos" y las fuerzas "legales" del orden, con el consiguiente hallazgo de armas, explosivos, documentación y material de imprenta y, eventualmente, la identificación de los muertos. La reconstrucción de muchos de estos casos por los organismos de derechos humanos y la CONADEP mostró que tales enfrentamientos fueron en realidad fusilamientos de personas inermes, previo paso por los centros clandestinos de detención en donde habían sido torturados física y psíquicamente y luego enterrados, en muchos casos, en calidad de NN en los cementerios de la ciudad y de localidades vecinas.”  En: El terrorismo de estado sobre Rosario (1976-1983) de Gabriela Águila en Rosario en la historia (de 1930 a nuestros días) Tomo 2. UNR Editora, Rosario, 2000.










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